No era fácil ser mujer y artista

Dentro de los artistas del Renacimiento se destacan solamente cuatro mujeres.

A lo largo de la historia, la mayoría de las  artistas mujeres fueron hijas de pintores quienes las instruyeron en la carrera de Bellas Artes. Históricamente, eran excepcionales las mujeres a las  que se les permitía desarrollar sus habilidades artísticas y mucho menos una carrera de profesión.  Una de estas mujeres excepcionales fue Sofonisba Anguissola.

Partida de Ajedrez (1555)

Sofonisba nació en 1530 o 1532 (no se sabe bien) en Cremona, una ciudad en el norte de Italia bajo dominio de la corona Española, en esa época.  Su padre, Amilcare Anguissola, miembro de la nobleza menor, no fue artista pero sí un verdadero humanista y visionario, quien se encargó de que sus seis hijas recibieran una educación paralela a la de su único hijo varón.  Esto de educar a las hijas en las Humanidades no era la norma pero sí era habitual entre las clases sociales altas.

Las niñas también saben jugar ajedrez

La pintura representa una escena de carácter familiar en la que Elena y Minerva, juegan al ajedrez ante la risueña mirada de su hermana menor, Europa. En segundo plano y a la derecha, se ve la figura de una criada.

Sofonisba Anguissola
«Joven enseñando a leer a una anciana» (1550) – Sofonisba

Como en otras obras de Sofonisba Anguissola, aquí se produce un interesante juego de miradas que recorre todos los personajes y nunca se cruzan: la criada observa a la pequeña Europa, que sonríe mirando a su hermana Minerva, que adivinamos que va perdiendo en el juego y mira  sorprendida a la hermana mayor, Elena, quien a su vez parece buscar la aprobación de la pintora, a la que dirige su mirada.

«Niño mordido por un cangrejo» (1554) – Sofonisba Anguissola

La música original de este episodio y el tema del podcast son de Ilan Blanck

Bibliografía del episodio: